«Arrancamos en diciembre mi estimado»
Me dijo mi compadre Juan, hace 9 años
¿Sabes cuánto cuesta, literalmente, posponer decisiones importantes en tu vida familiar?
Hace poco menos de 10 años, fui a la casa de Juan y a su esposa. Los felicité por el nacimiento de su primer hija a la que llamaron Paty. Hoy Juan tiene 41 años y su esposa 38. Son empresarios y tienen su negocio propio: son comerciantes.
Regresé con ellos después de unos meses: el objetivo de la visita, era presentarles un plan educativo para que guardaran un capital para la universidad de su hija. En la cita todo fue excelente, ya que les gustó:
- que pudieran ahorrar cada que tuvieran ingreso importante en su negocio
- que pudieran adelantar anualidades
- ahorrar en dólares, para no perder poder adquisitivo
- la opción de protección, en caso de que alguno de los dos faltara, entre otras ideas…
De hecho, al terminar la cita me dijeron «empezamos en diciembre mi estimado, cuenta con eso»… y todo indicaba que un cliente que les debía una buena cantidad, les terminaba de liquidar en esas fechas.
Sin embargo, por alguna u otra razón, fueron posponiendo el inicio del plan educativo de su hija Paty.
Hace 9 años visité por primera vez a mi amigo… para mi sorpresa, a finales del año pasado 2020, me habló y me dijo:
«Ya tengo los $2,000 dólares para iniciar el plan universitario de mi hija»
Mi amigo Juan, a finales del 2020
El costo de la espera es de casi el 150% en el caso específico de mi amigo Juan
En aquel entonces, en el año 2011, le propuse un plan de guardar $2,000 dólares anuales para lograr ahorrar $40,000 al momento que su hija cumpliera 18 y fuera a la universidad. En ese entonces él tenía 32 años…
Hoy a sus 41 años de edad, si él quisiera lograr el ahorro de los mismos $40,000 dólares, tendría que ahorrar por año $5,000 dólares para tal caso.
Le está costando mucho más del 100% haber esperado tanto…
La moraleja es ésta: ¡esperarse cuesta mucho dinero!
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